Completo desconocedor de la obra y milagro de este caballero me declaro, pero atendiendo a una recomendación de un amigo a través de las redes sociales, quedé prendado de este disco de hace un par de años.
En poco más de 40 minutos, Johnny nos enseña cómo se puede hacer un disco sin hacer falta pisar el acelerador, pero para nada tranquilo, para nada suave, para nada aburrido. Indagando más sobre el disco, parece ser que fue grabado sin bajo, solo la voz y armónica de Johnny, guitarras de Anders Osborne y Stanton Moore a la batería. Lo cual no deja de ser curioso porque las atmósferas creadas en ocasiones por los tres músicos te hacen creer que aunque disimulado, existe un bajo por allí.
Lo que si es cierto que llevando un ritmo lento, pero denso, este disco tira de blues denso, distorsionado, un sonido muy espeso por momentos, con un aura pantanosa que quizá sea lo que más me maravilla, aunque obviamente este blues no es para puristas y el rock también está presente en el disco, y como sonidos más propios del sur. El disco también cuenta con unos coros femeninos en ciertos momentos, que hacen un curioso contraste con la densidad latente en el sonido de todo este artefacto, solo tenemos que escuchar el tema que da título al disco para verlo, asomando hasta los espirituales o el soul a toda la mezcla. Pero el resultado global, es más que notable, un trabajo maravilloso que me había pasado inadvertido, y que seguro que no soy el único. Espero aportar mi pequeño granito de arena y que más degustadores de blues oscuro y pantanoso puedan disfrutar de este gran trabajo.
2 comentarios:
¡Es un discazo!. Enorme.
Tronak; Amen!!!!
Gracias por participar.
Saludos!!!!!
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