Foto; Sergio Young Mustaine |
Con
el cansancio en el cuerpo, pero con una enorme sonrisa en la boca, y ya con
bastante frío, nos dirigimos hacia los puestos de comida, pero no pudimos tomar
ni un bocado, por lo escaso de puestos y la gran aglomeración de gente que
había alrededor de ellos. Así que decidimos tomar posición en las gradas para
ver la actuación de Megadeth, que
mucho tendrían que atarse los machos para superar a sus colegas del Big Four.
Con algo más de cuarto de hora de retraso, Mustaine y Cia. salían a escena,
interpretando “Trust” de su “Cryptic writings”, dando paso después a “Hangar
18”, mientras que las pantallas (las dos laterales, y una que habían colocado a
modo de telón en el escenario) proyectaban imágenes relacionadas con la vida
extraterrestre.
Foto; Web |
El
primero de los temas pertenecientes a su último disco, todavía sin editar,
“Kingmaker” allana el terreno para “Public Enemy No. 1”, con imágenes de ese
vídeo, en el que los chimpancés son protagonistas. Dave, algo más comunicativo
que de costumbre, nos presenta “A tout le monde”, consiguiendo que el público
la cante, convirtiéndose en uno de los momentos más emotivos de su actuación, con
prácticamente todo el mundo, incluso en la grada, puestos en pie y aplaudiendo
la gran labor de Dave Mustaine, Dave Ellefson, Chris Broderick y Shawn Drover,
sin llegar a la movilidad de los anteriores Anthrax, pero gozando de muy buen
sonido.
Le
llega el turno a su disco de 1992, “Countdown to Extinction”, con tres
trallazos (el tema título del álbum, “Architecture of Aggression” y “Sweating
bullets”), para pasar a continuación al “Super Collider”, segundo tema de su
último y homónimo disco, en el que un montaje de varios Marshalls pasaban,
alternativamente, del color rojo al azul, e incluso, al amarillo. Es un
discreto efecto, pero a veces, lo minimalista también funciona. Y, a
continuación, se volvía al “Countdown…” con el corte “Symphony of destruction”,
sin duda, el mejor y más conocido de todo el álbum.
Foto; Sergio Young Mustaine |
“Peace
sells” significaba que debíamos abandonar las gradas para ir a esperar a los
que habían preferido ver el concierto de los ‘deth en el Black Circle, y éste
fue el tema que eligieron para abandonar el escenario, retornando más tarde,
para dejarnos como bis “Holy wars… The punishment due”, de esa formación
clásica que contó en el año 1990 a los dos Daves (Mustaine y Ellefson), Marty
Friedman y Nick Menza. Un gran final, en el que se notó, sobre todo, los
problemas que tenía el pelirrojo guitarrista-vocalista con su voz, y en el que
el grupo se despidió de los asistentes en varios idiomas, a través de mensajes
escritos que aparecían en las pantallas, una hora después de haber empezado su
descarga.
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